Máquina de retratar de 120 para profesionales
Una constante en la evolución de las cámaras y películas fotográficas ha consistido en hacerlas más pequeñas, prácticas y funcionales, sin que ello comprometa la calidad de la imagen. Así, cuando los avances en las películas fotográficas permitieron que con un negativo en rollo de 6 × 6 cm se lograran ampliaciones similares en calidad a las de las grandes cámaras que utilizaban película plana de 10 × 12,5 cm, se fabricó la cámara para el rollo 120 (también conocida como de medio formato), de menor tamaño que sus predecesoras y más funcional.
De este tipo de cámara, que surgió en las primeras décadas del siglo XX (aún se producen), los fabricantes lanzaron al mercado muchos modelos, tanto para aficionados como para profesionales, pero todos tenían en común el uso del rollo 120. Este es una película cuyo ancho es de 6 cm y viene adaptado para cargar la cámara a plena luz del día (lo que daba autonomía y movilidad al fotógrafo). De este rollo de película, con los modelos de cámara más populares, se obtenían 12 fotografías de 6 × 6 cm. Tanbien se fabricaron cámaras que utilizando los 6 cm de ancho, tomaban negativos de 6 x 4.5, 6 x 7, 6 x 8, 6 x 9, 6 x 12 cm, obviamente obteniendo menos fotografías por rollo a medida que aumentaba el tamaño del negativo.
El menor tamaño y peso de las cámaras de rollo 120 era una ventaja apreciable sobre las de gran formato, además de que permitían tomar varias fotografías en secuencia, obviando el engorroso y lento procedimiento de cambio de placa, propio de las cámaras grandes. Entre muchos otros complementos, el equipo 120 incluye visores, lentes intercambiables, motores de arrastre de la película, la opción de varios respaldos con diferentes tipos de película (color, blanco y negro, diapositiva), e incluso permitía hacer pruebas de polaroid.
Las cámaras de medio formato lograron no ser desplazadas por los equipos de rollo 135, con los que convivieron a pesar de ser estos más pequeños, prácticos y funcionales, en parte porque el mayor tamaño del negativo 120 frente al 135 permitía que se obtuvieran imágenes y ampliaciones que fascinaban a fotógrafos y su clientela. A la hora de hacer retratos o fotografía de productos en el estudio, estas cámaras eran una alternativa bastante práctica e igual se comportaban muy bien para hacer retratos y otro tipo de fotografía en exteriores de reporterismo, arquitectura u otros encargos.
En 1969, cuando debieron escoger la cámara para tomar las fotos de los primeros pasos del hombre en la Luna, la NASA se decidió por la Hasemblad, con su rollo 120.